A DIVINIS
Bajo los álamos del Jardín Botánico
se pasean las letras
del Paraíso Perdido.
MOMENTOS PARA UN
CREPÚSCULO
El cielo: una rosa
sangra y desaparece.
*
La noche se lleva
cargamentos de oro.
*
Para adorarte, la mar
de transparencias
muere.
LA ABEJA
Chupa el alba
Es primavera
EL ORDEN DE LO FINITO
Estoy soñando contigo,
dice una voz en la noche
Camino sobre un espejo
lívido. Tal vez la mar
Monstruo indefenso.
Pueblo tierno de césped
Ronronea
En cercanía,
luciérnagas, brevísimas piedras
hienden la oscuridad
Del otro lado surgen
filamentos de hierba
En el cielo, un
relámpago, sonrisa de enigmática
presencia
Estoy soñando contigo
Fíjate en las flores de
la caña
Sedosas
Fluctuantes
Flotantes
Velos en mi sangre
soplados por tu boca
Dice una voz en la
noche:
Hay un grano de polvo
un rosal levitando en
nuestro patio.
LO QUE TENGO ES UN PULMÓN CERRADO COMO PIEDRA
Ojo móvil. Terco sobre el día vulnerable
Ventolera. Festín de insinuaciones. Cosas de acá, de allá
Lo que tengo es un dedo de Dios. Empuja sobre un
mismo punto de mi carne. Exige la respuesta para la
cual no hizo mis sentidos
Lo que tengo es el punzón de siempre, de antes
tajando la neblina en mis cavilaciones
Un vestigio con forma de serpiente. Necedad de furia,
bailoteo. Frío de ser
Lo que tengo es la consciente impotencia felina
Oscuridad de las sacerdotisas. Clara interrogación
sobre enigmas y decantaciones. Un inútil pedestal por hombros. Navegando entre cálices, espadas
Lo que tengo es el vivo de los barrios
La culebrilla feliz de los mercados
míseros. Boca del alma rota por el vino. El tempranero
empeño de quien trueca la eternidad por alimentos
Sueños de perseguidos. Asediada
Decapitados. Torturada. Suelo sobre el cuerpo sin
apoyo. Dictadura del símbolo, cara y cruz
Lo que tengo es el extremo de los centros
El comienzo. El paso y lo que pasa luego.
TREGSA
Si quiero huir
muerdo mis uñas:
recuerdo obligaciones de
mañana
Si quiero odiar, miro
mis garras en el agua
recuerdo de la palabra
el poder
cabalístico
el poder del deseo y la
intención
Si quiero dudar,
sostengo en el aire mis músculos
elásticos:
escucho al mundo exento
de mi cuerpo
Si quiero llorar,
bostezo. Tiempo y mundo acortan
la órbita en mi ojo
Si quiero llorar, prendo
lámparas
Si me siento en una
gruta, no hay enemigos
ni presa
Si me siento en una
gruta, espero el alba
No hay escape ante tanto
secreto embellecido
Llevo estupor y asombro
para el otro
llevo apetito y muerte
Entre mis fauces, la
lengua para lamer mis hijos
y los dientes afilados para el perdón
No hay escape en este
ahora de agua caliente en la nariz
y furia de niños
No hay escape en este
lugar sin puertas ni caminos
Alrededor de mí, la luz,
el círculo infinito.
SIMPLE
Impudorosa, móvil entre dos planos,
lapido sensaciones, como arpegios
Mojan mi espalda. Siento mis pupilas
Cúpulas de hojas y ociosos reptiles,
graban el horizonte,
por donde abre la luz sosegadamente
Aguas blancas, aguas azules, fluyen
entre nubes
Me conjuga el paisaje. Vive él porque lo siento
De pirámides llena mis cuencas,
líneas las piernas,
circunferencias en el plexo
Causa pavor lo bello que va
pudriendo
Clarea el precipicio un dilecto
color amarillo.
Sale el tiempo de mi imaginación
como una cinta indescriptible
Al fin la libertad se me
muestra.
Pero es el otro brazo de la locura
Aquilato convenciones. A su sombra pervivo
Sombra
de árbol arenoso.
ENLACES MÚLTIPLES
Un árbol, todo número
Fresco volumen, otro
Polígono y reflejo: árbol entrada
Círculos de aves emergidas del canto
por el mismo se invisibilizan
Cárdena oscuridad de la poesía
quien la escribe no es más que amanuense
Conoce lo del pájaro y el sonido
También es un pájaro
intentando descifrar el sonido
del que procede
CONDE FLAUTISTA
A Oscar Gil Díaz
De ámbar el río homo
en lo
profundo fluye
de su palabra
Navaja que no es de sangre
reserva la marea de su
espíritu
Él se encamina
Los labios gangrenados por el humo
El alma, por traidores
Pupila
viviente, bajo un paraguas rojo
con
la belleza a cuestas.