ORIGEN DEL DÍA INTERNACIONAL DE NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Acuarela El rostro AHN |
En julio de1981, en Bogotá, un
poco más de doscientas mujeres protagonizaron un acto memorable, en el que
brillaron cultura, política, historia, arte: el Primer Encuentro Feminista
Latinoamericano y del Caribe. Tomaron la palabra feministas de variadas
tendencias (autónomas, socialistas, radicales), obreras, cineastas,
guerrilleras, religiosas, profesionales de la medicina, escritoras, políticas,
entre otras.
La participación de República
Dominicana fue coordinada y animada por Magaly Pineda, pionera del feminismo de
los setenta y ochenta en la región, quien ya había fundado el Centro de
Investigación para la Acción Femenina, CIPAF.
Dieciocho integrantes de las
organizaciones femeninas y feministas formadas a partir de 1977 asistieron al
evento. La mayoría de ellas vinculada a la izquierda que luchó contra el gobierno
de Balaguer, durante el periodo llamado de “los doce años”. Esos núcleos y
asociaciones reflejaban de algún modo la correlación entre democracia social y
libertad de la mujer.
En el Encuentro se conocieron testimonios de
toda clase de violencia propiciada por el machismo, el sexismo, la ideología
patriarcal: asesinatos, violaciones, discriminación laboral, tortura en las
cárceles, maltrato en el seno de la familia, tráfico de personas, abuso de
niñas, explotación sexual, exclusión del poder en iglesias y los partidos, etc.
En torno a teoría, alianzas y prioridades del movimiento feminista hubo
coincidencias y francas diferencias, matices variados. Sin embargo, todas las presentes
convinieron en enfrentar la violencia que torna miserable y angustiosa la vida
de millones de mujeres; brutal y sangrienta en muchos casos, tanto como en los
tiempos de las cavernas.
Unánime fue la decisión de establecer un día mundial para
enfocar ese terrible problema y luchar por su erradicación. ¿Qué fecha del calendario
podría ser la más simbólica? Empezaron las propuestas. Pensé, con un destello,
en el 25 de noviembre. Busqué la anuencia de las dominicanas que estaban cerca para
hacer la propuesta a nombre de todas. Pedí turno. Conté en pocas palabras,
llena de emoción, quiénes fueron Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, heroínas
veneradas del pueblo dominicano, que encarnaban lo mejor de nuestra historia. La
resistencia a la tiranía, la libertad. Su inmenso significado para las mujeres.
(“Cuando Ángela lo propuso a nosotras se
nos iluminaron los ojos; era que aquel asesinato había sido una expresión de
cómo las mujeres vivimos la violencia en nuestras sociedades”, contó la
profesora Nelsy Aldebot en A Primera
Plana, 17 de julio 2008). En la asamblea hubo consenso en acoger muestra
propuesta. Es así como en todo el planeta se denuncia y se encara la violencia
contra la mujer en el aniversario de la inmolación de las hermanas Mirabal.
El Encuentro primero estuvo planificado para realizarse en diciembre de 1980. |
En República Dominicana, las primeras jornadas contra la
violencia sexual, laboral, política y cultural que afecta a las mujeres fueron
convocadas por la Coordinadora de Organizaciones Femeninas. Se llevaron a cabo
en Santo Domingo, Salcedo y otras ciudades durante los meses de noviembre y
diciembre del año 1982. Por primera vez se hizo una labor seria y amplia para
visibilizar un problema que las más de las veces se había tratado en los medios
de comunicación como anecdótico, curioso o picaresco. La violencia
intrafamiliar se veía hasta ese momento como asunto privado que no incumbía a
vecinos. Y ni pensar en responsabilidad del Estado.
La voz cantante en estas jornadas la llevaron: Magaly
Pineda del Centro de Investigación para la Acción Femeninas, Nelsy Aldebot del
Comité Gestor por un Movimiento Feminista Socialista, Lourdes Contreras del
Comité por la Unidad y los Derechos de la Mujer, Ángela Hernández de la Unión
de Mujeres Dominicanas. Se destacaron también Sergia Galván, Margarita Cordero,
Sagrada Bujosa, Carmen Imbert, Mariví Arregui, Dora Eusebio, Miriam Perelló,
Nita Adames, Carmen Fortuna. La poderoso voz de Xiomara Fortuna dio un toque
cautivante a los actos en la Capital. En el Cibao, Patricia Pereira acarició
los sentidos con sus canciones.
Acto sobre
violencia contra la mujer. En la mesa que preside, se observan, de izquierda a
derecha a Nelsy Aldebot, Carmen Fortuna, (sigue no identificada), Magaly Pineda,
Lourdes Contreras, Ángela Hernández y Nita Adames.
Las jornadas constituyeron momentos altos de lo que podría denominarse
la “segunda ola” del movimiento por los derechos civiles, políticos y sociales
de la mujer, iniciada con los aires democráticas que soplaron al terminar el gobierno
de los doce años de Joaquín Balaguer. (La “primera ola” fue alrededor del año
1930, cuando se formó la Acción Feminista Dominicana).
En 1997, tras larga lucha y sostenida presión
de organizaciones y líderes femeninas, fue promulgada la Ley 24-97 sobre
Violencia Intrafamiliar. “Constituye
violencia contra la mujer, toda acción o conducta pública o privada, en razón
de su género, que causa daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la
mujer, mediante el empleo de fuerza física o violencia psicológica, verbal,
intimidación o persecución”, establece en su artículo 309-1. En l999 una Resolución de la Asamblea General de la ONU instituye el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Al día de hoy se reconoce que se trata de una violencia
planetaria que repercute en la familia, en la salud pública y en la economía. Pero
¿qué tanto hemos avanzado? En República Dominicana, las cifras de asesinatos,
incestos, violaciones y golpizas son escalofriantes; una pesadilla. Parecería
que este tipo violencia lejos de menguar, se recrudece. Eliminarla es uno de los mayores desafíos de
la colectividad. Cómo estimular empatía, cómo desalentar odios, prejuicios,
autoritarismo, ese es el reto de la educación. Y todo indica que se requieren
estrategias audaces, creativas, inspiradoras. ¿Seremos capaces?
Acaso apenas estemos comenzando a comprender las
dimensiones de esta locura, sus laberínticas raíces. De cualquier modo, una
cosa debería estar muy clara: las mujeres no retrocederán, al contrario, seguirán
avanzando. Para bien.
Cartel
promocional Primeras Jornadas Denuncia Violencia en República Dominicana,
noviembre-diciembre, 1982.