
Convite literario
Ángela Hernández: la alquimia de un ser alado (II)

La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio… Octavio Paz
Más que la voluntad de creer, lo que muchas veces necesitamos es el deseo de descubrir y asombrarnos. Es una opción nada desdeñable que les recomiendo, amantísimos lectores, cuando de alimentar nuestra alma se trata, léase nuestro espíritu. Un gesto que implica comunión con el otro, pero con nosotros mismos por sobre todas las cosas. Y es, dígase de una vez, un imponderable, un apremio para estos días severamente humanos.
Por eso me aferro a la poesía como materia de sanación. He estado acercándome a los creadores dominicanos como ya sabrán los seguidores de Convite literario y les quiero compartir mi infinita placidez cuando descubro autores substanciales, proteicos, yo les llamo poetas bumerang, es decir, aquellos creadores cuyos poemas, poéticas y poemarios regresan a nosotros una vez leídos y “lanzados” al espacio siempre fiel de la memoria.
Ángela Hernández Núñez me ha resultado ser una de esas voces líricas a las que regresas. Su poesía también, de alguna manera, se instala en uno y abre nuevas apetencias, insólitas vibraciones. Sus poemas destilan potentes sentimientos, y trae su origen de una emoción engendrada en la calma del alma –y también viceversa-. Leerla, esta vez desde el formidable, genuino y vanguardista poemario Alicornio, publicado por Editora Cole con ilustraciones de la propia Ángela Hernández, me ha hecho comprender que es una autora laboriosa, una proletaria de la palabra. Ella forja, en el crisol de la creatividad, un lenguaje muy peculiar, cuyas estructuras sintácticas fomentan nuestros enlaces neuronales. Su poesía es estimulante.
Los poetas perennemente luchan con las palabras, forsajean con cada vocablo. Mientras redacto estas líneas hay rapsodas bregando con su ejercito de verbos, sustantivos, adjetivos, partículas, pronombres, expresiones, en un pacto que nadie imagina. Hay alguien en este preciso momento con esa obsesión por llevar el lenguaje hasta los límites más –o menos- insospechados. Legitimar la palabra. Su palabra. Redimirla. Ese es el tipo de poeta que, les aseguro, es nuestra autora. Hay en ella una voluntad por la sanación emocional a través de la palabra que la distingue.
Ella se permite manifestar sentimientos e inquietudes como un signo de catarsis emocional. Porque la poesía es un sistema para liberar conmociones y paroxismos que de no estar en sintonía con el ser estarían aprisionadas dentro de nosotros. Su poesía nos otorga la capacidad para expresar nuestras propias emociones de una forma segura y constructiva. Identificarnos con ese sujeto que nos habla desde la página que alguna vez tuvo delante, pulcra y muda. Una complicidad atemperada. Y le doy las gracias por retratar(nos) o poner(nos) frente al espejo nuestra naturaleza con su alma desnuda.
Y el alma… aaaaahh el alma es uno de sus temas recurrentes como veremos. ¿Será que, después de todo, nos repara el alma esta poeta ofreciendo la suya como un sesgo que nos permita conectar con nuestro uni-verso interior por nosotros inexplorado?
Se asegura que La Poesía nos permite conectarnos con nuestro ser anímico y explorar esos aspectos recónditos de nuestra alma. Allí arroja luz la poeta. Y respiración. Soplo. Y un ensimismamiento apto para la reflexión; es la exploración de la realidad más penetrante de nuestra escencia. En ese contexto conforma nuestras experiencias, y nos ayuda a encontrar un sentido sobre nuestra vida como ecosistema para la conexion interpersonal. La poesía que he leído en Alicornio sabe, huele, transpira, la vida enhebrando, conectando con la gente. Insisto, con el alma de la gente.
Encuentro que la poesía escrita por Ángela Hernández es un medio efectivo para conectarnos y explorar esos aspectos, a veces agudos, sumergidos dentro de nuestra existencia, inexplorados.
Hay una frase que se le atribuye al poeta William Wordsworth "La buena poesía fluye espontáneamente de potentes sentimientos, y trae su origen de una emoción engendrada en la calma" palabras que destacan la idea de que la verdadera poesía surge de ese equilibrio entre los estremecimientos más intensos y un alma serena.
Su poesía es manifestación del ser humano en su estado puro e intuitivo. No puede ser creada simplemente como consecuencia de la razón y la técnica. He de apostar porque la elevada poesía que aparece en su obra surge de esas emociones, auténticas e intensas, que provienen de la ecuanimidad donde se asientan experiencia e introspección; allí donde los sentimientos suelen fluir libremente y ser exaltados sin filtros ni prejuicios.
Por eso su poesía se convierte en enlace para conectar al ser humano con sus sentimientos más prístinos y, en concecuencia, con el espacio y el tiempo en que confluyen, creando una simbiosis entre mente y naturaleza. Es sabido que la poesía es una fuente de conocimiento que nos permite explorar y comprender al individuo y su realción con el mundo a través de las palabras y las emociones. Nombrar y asombrar, como refería en el primer párrafo, es condición humana insoslayable. Ángela y su obra lírica son testimonios de estas cualidades.
Lo siento de esta manera, la poesía, que permite a los lectores escapar de la realidad cotidiana y adentrarse en un mundo de belleza, emoción y significado más profundo, nos permite conectar lo que a menudo parece irreconciliable: lo profundo y lo superficial, lo trágico y lo cómico, lo eterno y lo temporal, la luz y la obscuridad, el silencio y el bullicio, la paz y la hostilidad, el amor y el desamor; (la relacion de pares temáticos sería tan infinito como intensa). Lo cierto es que en lugar de separar y categorizar, etiquetear y disentir; la poesía escrita por Ángela Hérnández en este poemario, nos une y nos muestra que todas las experiencias humanas son válidas y significativas. Apremiantes, sí, pero algo de lo que necesitamos como puerta a otras vidas, algo que nos permite escapar de la realidad cotidiana y adentrarnos en un mundo de seductor, emocionante, algo que destaca la naturaleza trascendental de la vida.
Sientan palpitar, en la suya, el alma de esta poeta. Dios los bendiga absolutamente a todos y remonten en “alicornio” su poesía. “El gozo está en buscarnos y perdernos por las vidas”, como escribiera Ángela en uno de sus excepcionales poemas.
CALADURA
Fíltrase sol a mi alma sedienta
Canción inextricable se desplaza
en mis lugares vacíos
Como si el cielo se estuviese riendo
en aguas y relámpagos
vislumbro mi momento de nacer
En esta sumersión
de amargo
y sal
y agrio
dulce luz en la que grito en sordina
Unas manos desprenden de mi pelo
restos de indócil sangre
Ciegos, mis ojos reconocen las lágrimas
Sabor adelantado de interior
Cuelga de mis pies un lenguaje tan ciego como mis
ojos
Rebosado de uvas grávidas:
mi rostro anuncia “muerte súbita”
Duras manos palmean sin piedad mis nalgas
Sintonía: mi médula, eslabona oxigeno
La belleza labra su verdad aparte.
LEY DE CRECIMIENTO
No porque deje de vivir, vivirán los otros
ni mi pobreza aliviará a los pobres
pero amar multiplica los panes y los peces
En la acción fraterna empieza la no vanidad
Tiempo de la pulcritud del oído y la paciencia de alma
El ojo no devora, participa
El mar le da cabida. Mutuamente se abarcan
Las pasiones deducen: Una cien hacia el cielo, otra al infierno
La belleza tiene una raíz en lo sensible
otra en la desidia
La tierra removida, suelta el secreto de su alternancia
Vivir es contemplar afuera la quietud de las plantas
y descubrirles de pronto un lumínico horno de existencia
ALMA SECRETA
Es posible escapar a la convención y a la moda
Más que andar por el mundo
probar que nos habita
Hay otros conocimientos
como ser de la esperanza
remate
Es posible subvertir sin maldiciones. Desempachar el alma del
objeto con garras
Ser el amor mismo profiriéndose
Hay soluciones sin vías de acceso
El presente ha reemplazado las aguas posesivas
Las frases han madurado el instante en una boca
Renombrando
A su imagen y a quien la inicia
Hay otras gentes que conocen
Es posible estar vivos
Ahora.
LA AUSENCIA ES LO QUE OCULTA LA VENTANA
Tiempo puro
Toldo arenisca
Sangre
Mucho intento
Por la raya imprecisa me dejo deambular
Súbito soplo plasma la realidad
La irrealidad
Casi nada es la ausencia:
Nocturna insolación
Gusano adherido al paladar
Mueca en el estanque
La ventana acuarela de pasado y porvenir
Encuadra al presente
Cierro los ojos: la figuro
Los abro: desaparece
LA PARED SE TRANSPARENTA
Sentir mis pies
(sin brechas a demonios)
El alma trata a la memoria con curiosidad
café
caminatas
voz:
(todo podría entrar a ser raíces)
La mente ignora la sencillez
Lleva la mano al cuello
Lo inseparable del porvenir
El espejo y las paredes se integran al silencio
El espejo, las pardes y el silencio se funden
La luz del ser eriza en flor al mango
Duele el ojo de amar
Como garabatos de tierra en la garganta
Cuerpo y sendero elaboran para ser amados
CÁLCULO DICHA DEL ROSTRO VARADO EN SUBCONCIENCIA
Dios madre y padre es
Madre y padre el eslabón con Dios
Él me contempla desde cada cambio
En el amante me refunda
En bosque y biblioteca me susurra un término inconcluso
Dios la savia El amante Esa su mano
Yo la extiendo en mi hija En mi hijo
A su oído murmuro lo escuchado
Los árboles construyen prudencia
Alianza
Intervención de destino invulnerable
Vendimia de alegría entre vísceras.
ULTIMÁTUM
Súbita crispación del minuto, como burbuja en la sangre
Las aguas mueven un seno en las concentraciones
del crepúsculo
Multiplican el fuego, y en él, los rasgos adorados
recuperan las fierezas del azar
Muestro sin orgullo la concavidad de mis costillas
Mi alma, se presume, quebrará la celda de tu canto.
PROFESIÓN
Estarás donde mis ojos miren
donde muerdan mis dientes
y abarquen mis orejas
Nutrirás conjunción
probándome
en el caballo atropellado
¿No hacen pareja mis dos piernas, mis dos manos?
Doble es el alma
tiento la otra
por las huellas de tu danza.
SENTENCIA
Demiurgo acarreando nubes con complejo de Sísifo
Tornasola tu rostro de sabio. De demonio
Tu corazón enjaula. La rosa espina lengua
Como el camino que nos pisa,
tienes furiosa la luz de cada día
Tu arte es el clavel de la mirada armada
Nunca paisaje colmará tu olfato
Ni mujer verdadera liberará su alma ante tu sombra.